EQUIPOS TEMPORADA 2015-2016

martes, 3 de junio de 2014

ALUMNO Y MAESTRO


Un antiguo proverbio zen dice: "Cuando el alumno esté preparado, aparecerá el maestro". Cuando el alumno esté realmente decidido en su mente a experimentar la realidad mágica y a vivir todos y cada uno de sus días con propósito, se le mostrará el modo de lograrlo. La ayuda que se necesita será facilitada por el universo en cuanto el alumno convierta su preparación en disposición. En cuanto se esté dispuesto, se encontrarán maestros en cada rincón de la vida.
Cuando sepas de corazón que cada persona que encuentras en la vida tiene algo que enseñarte; podrás aprovechar al máximo lo que ésta te ofrezca.
Un maestro oriental, cuando vio como un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua. Cuando lo hizo, el alacrán le picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.
El maestro intentó sacarlo otra vez, y de nuevo le picó.
Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le diho: "Perdone...¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua le picará?".
El maestro respondió: "La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar".
Entonces, ayudándose de un hoja, el maestro sacó el animalito del agua y le salvó la vida.
NO CAMBIES TU NATURALEZA SI ALGUIEN TE HACE DAÑO; SÓLO TOMA PRECAUCIONES. ALGUNOS PERSIGUEN LA FELICIDAD...OTROS LA CREAN

ALUMNO-MAESTRO
Al terminar la clase, ese día de verano, mientras el maestro organizaba unos documentos encima de su escritorio, se le acercó uno de sus alumnos y en forma desafiante le dijo:
-"Profesor, lo que más me alegra de haber terminado sus clases es que no tendré que escuchar más sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburrida"
El alumno estaba erguido, con semblante arrogante, en espera de que el maestro reaccionara ofendido y descontrolado.
El profesor miró al alumno por un instante y en forma muy tranquila le preguntó:
- "¿Cuando alguien te ofrece algo que no quieres, lo recibes?"
El alumno quedó desconcertado por la calidez de la sorpresiva pregunta.
- "¡Por supuesto que no!, contestó de nuevo en tono despectivo el muchacho.
- "Bueno", prosiguió el profesor, "Cuando alguien intenta ofenderme o me dice algo desagradable, me está ofreciendo algo , en este caso una emoción de rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar."
- "No entiendo a qué se refiere", dijo el alumno confundido.
- "Muy sencillo", replicó el profesor. "Tú me estás ofreciendo rabia y desprecio, y si yo me siento ofendido o me pongo furioso, estaré aceptando tu regalo. Y yo, mi amigo, en verdad prefiero obsequiarme mi propia serenidad."
-"Muchacho", concluyó el profesor en tono gentil, "tu tabia pasará, pero no trates de dejarla conmigo, porque no me interesa. Yo no puedo controlar lo que tú llevas en tu corazón, pero de mí sí depende lo que yo cargo en el mío."