SEIS CONTRA SEIS:
(Cuando se menciona padres, nos referimos también a las madres; al igual que al referirnos a los niños, se entienden incluidas también las niñas)
La actitud de los padres en el deporte influye en los niños y en valores
del juego como el esfuerzo, la superación personal, el compañerismo o la resistencia
a la frustración
.
El principal objetivo del deporte debe ser formativo, no importando tanto
ganar.
Creo que no nos costaría
mucho imaginar la siguiente situación: El ambiente en las gradas está que
arde. Todo el mundo grita, se mete con los árbitros, critica al entrenador
si el equipo pierde, se oyen amenazas e
incluso palabras mal sonantes de las que nos avergonzaríamos si las oyésemos de
boca de nuestros hijos… ¿Cómo se sentirán ellos al oírlas de nosotros? Si les
hemos dado una mínima educación, estarían avergonzados.
La actitud de muchos
adultos cuando sus hijos saltan al terreno de juego es más propia de un hincha fanático, advierten profesionales del deporte infantil y juvenil. Se trata de padres que se
quejan continuamente e insultan, presionan en exceso a los niños para que ganen
y van a muerte con el árbitro y el rival. Lejos de remitir o estancarse, este
comportamiento “es cada vez más frecuente”.
El deporte escolar mueve
muchísimos alumnos de entre 6 y 16 años cada semana, eso sin contar a los que
están federados en clubes deportivos. Dentro de tal cantidad de población, es
normal que surja algún padre hooligan; pero la cosa se complica cuando esta
figura crece. Con estas actitudes, sólo se consigue una gran confusión en los
niños, estresándolos y haciendo que vivan el deporte desde una óptica negativa,
de enfrentamiento.
.
El problema está en que los
adultos tienen la imagen del deporte profesional grabada. En las grandes ligas,
en unas olimpiadas, en un mundial... el objetivo principal está claro: ganar.
La selección española de fútbol fue muy criticada porque, hasta hace no mucho,
nunca conseguía pasar de cuartos de final en un Mundial. Y la plata de la
selección de baloncesto en los últimos Juegos Olímpicos supo a poco después de
haber sido campeona del mundo. “Algunos no comprenden que la finalidad en el
deporte infantil es distinta”. La victoria queda en un segundo plano. “En el
deporte infantil y juvenil el valor pedagógico prevalece, su objetivo debe ser
formativo, que el niño se divierta y haga ejercicio”.
No se entiende que los
padres se enfaden tanto y presionan a sus hijos para que ganen a toda costa. “Si
un niño ve que sus padres gritan e insultan en los partidos, se sentirá
obligado a ganar para satisfacerlos, para que no se enfaden, cada partido se
convertirá en una experiencia negativa y llena de tensión”.
Las familias deben darse
cuenta de que practicar deporte va más allá de jugar un partido los sábados, y
de las victorias”.
En la sección de fútbol formativo de algún club de élite, prohíben que los padres acudan a la mitad de los entrenamientos para que no se obsesionen y se conviertan en entrenadores en la sombre. Los padres saben que si no se respetan los valors del club, serán expulsados ellos y sus hijos. El comportamiento debe ser EJEMPLAR.
No todo vale en el juego.
En la sección de fútbol formativo de algún club de élite, prohíben que los padres acudan a la mitad de los entrenamientos para que no se obsesionen y se conviertan en entrenadores en la sombre. Los padres saben que si no se respetan los valors del club, serán expulsados ellos y sus hijos. El comportamiento debe ser EJEMPLAR.
No todo vale en el juego.
Fuente
Del artículo publicado por Maite Gutiérrez
(Periodista de La Vanguardia. Encargada del área
de Educación y Universidades en el diario)
RECOMENDACIÓN: A más de uno nos vendría
bien echar un vistazo a la “GUÍA PARA PADRES: DEPORTE ESCOLAR” editada por la
Fundación deportiva municipal de Valencia, cuyos cuatro volúmenes se pueden
consultar en los siguientes enlaces:
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