ABSOLUTISMO:
Forma de gobierno caracterizada por que el monarca poseía todo el poder, que
entendía concedido directamente por Dios.
¿Creéis que hay jugadores, en cualquier disciplina y categoría,
que se ven en su club con derechos que directamente les han sido concedidos por
Dios? ¿De esos que por tener unas
virtudes superiores a otros, no piensan en su aportación al equipo ni en su
forma física e incluso psíquica del momento, de los que simplemente se
autoproclaman titulares, pensando que siempre tienen que jugar?
Esto en muchos casos es inherente a la persona, pero la educación
es un buen abono para forjar o corregir esta actitud. En algunos la influencia
de los padres, los amigos, el entorno… les hace aumentar su ego hasta fronteras
divinas.
No es un alto porcentaje, pero raro es el entrenador que no ha
tenido que abordar este tema dentro de su plantilla. No se debe olvidar que el “maestro”
en el banquillo es el Míster, que asimismo es quien toma la difícil decisión:
Si sienta al jugador y se gana, bien; pero ¿y si se pierde?. Además, para eso estamos los “aficionadillos” o
“místeres de las gradas”, siempre preparados para criticar cualquier actuación,
¿o no oímos frases cómo?: “Siéntalo, sienta a ese tío”, “quita a ese ídolo de
barro” o en otro caso: “Si le da minutos a todos ¿cómo vamos ganar?”, “Si es
que sienta a los mejores”
Lo peor de esta actitud, es que no sólo pierden el respeto al
entrenador, sino que no entienden nada sobre el respeto hacia sus compañeros.
Cuando el entrenador los sienta en el banquillo, le protestan enérgicamente,
insinuando que quien le sustituye lo hará peor que él. ¿Qué talante es este?
¿Son tan valientes como para decirle a la cara al que va a salir: “No lo harás
mejor que yo”? ¡No señor!, no buscamos eso en un club ni en un equipo. Se
necesita gente que cuando es sustituida, palmee al que salga y le diga: “Vamos,
demuestra lo que puedes y mucha suerte”. ¿No os suenan estas cosas? Jugadores
que al ser sustituidos patalean el banquillo, arrojan las botellas de agua y
esquivan el saludo al relevo.
Por no decir de las reacciones ante las decisiones arbitrales. Hay
que ser inteligentes, habrá árbitros más o menos acertados en sus juicios; pero yo no recuerdo de ninguno que ante la
protesta de un jugador admita su error y cambie su decisión. Entonces ¿A qué
protestas?, guarda el ímpetu para el juego. Con eso , sólo puedes volcar la
balanza arbitral hacia el lado que no le interesa a tu equipo, e incluso
generar nerviosismo entre tus compañeros.
Llegado a este punto, creo que no viene mal repasar la diferencia
entre actitud y aptitud, que no sólo es ortográfica: La aptitud tiene más que
ver con los atributos técnicos, independientemente de su actitud. Ambas están
relacionadas con la competencia.
Ejemplos que dejan clara la diferencia:
1.- Aptitud es lo que sabes y actitud lo que haces con lo que
sabes.
2.- Aptitud es tener una habilidad. Actitud es tener la voluntad
de mejorar esa habilidad.
3.- Aptitud es el talento y actitud es el temperamento.
4.- “Tengo buenas aptitudes para tocar el piano, dedos largos,
oído…pero no tengo la actitud para ir a
las clases, prefiero irme al bar…
Así, desde mi ignorancia, observo que en un banquillo nos podemos
encontrar con 4 tipos diferentes de jugadores:
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APTITUD
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ACTITUD
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|
BOTIJERO
|
NO
|
NO
|
Como
mucho puede pasar la mopa, o llevar el botijo. No sabe de la existencia de un
equipo
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APLICADO
|
NO
|
SI
|
Se
cuenta con él siempre. No tendrá problemas para reconocer su importante papel dentro del
equipo como balón de oxígeno para los compañeros. Trabajará para mejorar su
aptitud. Buscará el interés del equipo desde cualquier puesto.
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ARROGANTE
|
SI
|
NO
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Chungo,
problema. Será reemplazado por el APLICADO a la mínima, se cree ESENCIA.
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ESENCIA
|
SI
|
SI
|
Referente
para el resto, aportará mucho, tanto a la plantilla como al míster. Tira del
carro en cualquier situación.
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